NOS NECESITAMOS



Es tan sencillo como eso. Solos no podemos salir adelante. En los  momentos de alegría hace falta alguien con quien compartirla. Y en los de tristeza  alguien para acompañar la desazón. Gente con quien poder reírse y sentirse en paz. En quienes confiar y a quienes poder acudir sin necesidad de inventar excusas. 

Tampoco podemos mitificar la amistad (como lo hace uno cuando es adolescente). Mis amigos  también tienen sus manías  -como yo las mías-. Les quiero tal y como son. Sé que podemos discutir, pero al final los vínculos siguen inamovibles. Puede haber tormentas, y saldremos de ellas más fortalecidos. Y qué alegría cuando recibes un mensaje de alguien a quien le habías perdido la pista. O cuando los caminos, que siempre juegan con nosotros, se vuelven  a cruzar. Qué bien sienta cuando, estando agitado, aparece esa presencia familiar que me ayuda a reírme de mí mismo. 

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