El sábado 3 de julio de 1886 , a nuestra Madre María Ana Mogas Fontcuberta, solo le resta realizar el legado que ha sido nuclear en su vida y lo hace como última entrega, con una intensidad vivencial, después de bendecir a sus hijas, nacen sus últimas palabras:
Hijas mías, amaos unas a otras como yo os he amado y sufríos como yo os he sufrido. Caridad, caridad verdadera. ¡ Amor y sacrificio!
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