Hay momentos en los que, pese a ir todo más o menos bien, de repente nos encontramos sumergidos dentro de una especie de consecución de tropiezos y despropósitos que nos arrastran hasta casi tocar fondo si es que no nos damos directamente de bruces contra él.
Ante estas situaciones, más que pensar en todo el bien que no hacemos (que solamente nos añade más frustración por el estado en el que nos encontramos), conviene tener en cuenta que cualquier bien que hagamos, por pequeño que sea, es mejor que nada... y desde aquí escalar hacia arriba. Esto lo describe Ignacio en los Ejercicios Espirituales [314] cuando nos recomienda seguir el buen espíritu que nos pincha un poco para alertarnos de por dónde vamos; mientras que el mal espíritu nos anima a continuar "de mal en peor y bajando".
Ante estas situaciones, más que pensar en todo el bien que no hacemos (que solamente nos añade más frustración por el estado en el que nos encontramos), conviene tener en cuenta que cualquier bien que hagamos, por pequeño que sea, es mejor que nada... y desde aquí escalar hacia arriba. Esto lo describe Ignacio en los Ejercicios Espirituales [314] cuando nos recomienda seguir el buen espíritu que nos pincha un poco para alertarnos de por dónde vamos; mientras que el mal espíritu nos anima a continuar "de mal en peor y bajando".
E Ignaciana
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