
Jesús no nos dice que demos de comer al hambriento, de beber al sediento, que visitemos a enfermos y presos…
Jesús nos dice que CUANDO HAGAMOS ESO A CUALQUIERA DE NUESTRO PRÓJIMO SE LO ESTAREMOS HACIENDO A ÉL MISMO. Y mi corazón y mi mente enseguida extraen una clara conclusión: Dios es mi prójimo, Dios se manifiesta en mi prójimo, a mi Dios se llega por mi prójimo. En vez de mirar tanto al cielo estoy llamado a descubrir que Dios está y es cada persona que me rodea, que me sale al paso. Y además, y muy importante, Dios está en mi mismo y yo mismo soy Dios. Y esta visión e imagen de Dios debe configurar mi vida.
Cuando descubra a Dios en mi dejaré de hacer y experimentar otro tipo de búsquedas y procuraré cuidarme, atender a mi cuerpo, ser consciente de mis necesidades, crecer en madurez, en espiritualidad y en formación, amarme más a mi mismo… Cuando descubro a Dios en mi prójimo aprendo a mirar a los ojos, a acariciar el cuerpo y el corazón, a ser bastón para sus caminos, a no tener miedo ni a hacer juicios innecesarios, a atender necesidades básicas… aprenderé que Dios me cuida y me ama a través de mi prójimo y de mi mismo y que es ahí donde debo buscarle para encontrarle.
S Casanova
No hay comentarios:
Publicar un comentario