El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España) explica en su carta semanal titulada “María, modelo en tiempos de pandemia”, la importancia de la Virgen María en la vida del cristiano.
El Arzobispo de Madrid recordó la importancia de la Virgen María en su vida y su ministerio. En su carta el Arzobispo de Madrid, animó a descubrir en María “en este tiempo de pandemia cómo Dios siempre llama al ser humano para entregar vida y ponerse al servicio de los demás. Llamada que tiene una respuesta inmediata sin intereses personales y siempre para ir al encuentro con los otros, de tal modo que llamada de Dios y encuentro con los otros van unidos”.
Y subrayó que “cuando Dios entra en la vida de un ser humano, como en el caso de María, la vida se pone en dirección hacia los demás. No importan las dificultades que tengamos que sortear para llegar a los demás. Cuando Dios entra en la vida, se va sin más a los demás”.
Por eso el Cardenal Osoro explicó que el pasaje del Evangelio en el que se narra de la visitación es siempre una propuesta de vida para los hombres pero especialmente ahora, en estos momentos que vive la humanidad de “de inseguridad, de búsqueda de fundamentos, de falta de la valoración de la vida en lo que es en sí misma desde que se inicia hasta que termina”.
Además recordó que en Madrid, “la presencia de la Virgen María es tan singular, con esa advocación de Nuestra Señora de la Almudena” e hizo un llamamiento: “Salgamos con prontitud y atravesemos esta historia y las situaciones que viven los hombres como María, llevando a Dios en nosotros”.
Y subrayó que de esta manera “cambiamos la vida de los demás, que alcanzamos para los demás situaciones nuevas que nacen de la verdad, de la libertad y de la justicia que Dios entrega”.
Al meter a Dios en nuestra vida se afronta “la construcción de la historia de una manera radicalmente nueva”, y llevar a cabo “el proyecto de Dios, que es un proyecto lleno de vida, que busca siempre el desarrollo de la persona en su totalidad”.
También animó “a vivir en esta tierra como María, al estilo y a la manera de Ella, discípula singular de Jesucristo y miembro singular de la Iglesia” y para ello propuso “un itinerario de vida que nace de la contemplación de su vida”.
El Cardenal Osoro recomendó para ello ser “conscientes, como María, de la entrada de Dios en nuestra vida”, y explicó que “ante el don de la fe que se nos regala, uno es libre para vivir la vida en una adhesión absoluta a Dios o ponerlo al margen” ya que “la fe no distancia de la vida pues, cuando se vive con explicitud, reconoce, proyecta y construye la persona y la sociedad”.
También animó a vivir la fe “en medio del mundo, haciéndola explícita públicamente” y no reducir “el ser cristiano a una palabra más de las muchas que hoy se dicen sin darnos cuenta de que la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y por tanto es y dijo la única Palabra”.
“No reduzcamos el ser cristiano a vivir unos valores, sin darnos cuenta de que lo importante es la persona del mismo Jesucristo. Los valores vendrán como consecuencia de la presencia en la vida de esta persona”, aseguró.
También instó a tener “como María, a Jesucristo como centro de la vida y de la historia”.
Y propuso para el mes de mayo conquistar “una auténtica libertad, sabiendo que esta solamente es posible desde la Verdad y esta es Jesucristo. La verdad tiene un carácter regenerador. Y por eso jamás podrá haber verdadera regeneración de la cultura, de la sociedad, de la política, de la economía, de la paz, si no se lleva a cabo con la Verdad que es Jesucristo”.
aciprensa
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