SU VIDA UN CANTO AL EVANGELIO


Este verano sentimos el fallecimiento de Pedro Casaldáliga obispo claretiano del Mato Grosso, Brasil. Su vida bien podría ser presentada como un canto al evangelio de hoy: con el poder y la autoridad de quien se sabe discípulo, Pedro no llevó nada, no pidió nada, no hizo alarde de nada. Sólo se puso “en camino”, “de aldea en aldea”. Y entonces su vida se desplegó, como la de Jesús. 

Por tantas veces que exigimos reconocimientos, adjetivos e incluso honores, bien nos haría recordar una de sus poesías que nos llevan al corazón del evangelio. Y, de este modo, volver a sabernos discípulos de Aquel que nos envía: 

Pobreza evangélica
No tener nada.
No llevar nada.
No poder nada.
No pedir nada.
Y, de pasada,
no matar nada;
no callar nada.
Solamente el Evangelio,
como una faca afilada.
Y el llanto y la risa en la mirada.
Y la mano extendida y apretada.
Y la vida, a caballo, dada.
Y este sol y estos ríos
y esta tierra comprada,
por testigos de la Revolución ya estallada.
¡Y “mais nada”!

(Pedro Casaldáliga)
Acompasando

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