LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

  
“Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo” (Lc 1,31)

El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. María, Madre de todos, siempre caminó movida por el Espíritu Santo. 

Escuchó las promesas. Se atrevió a decir Sí. En Ella se encarnó Jesús.  El Espíritu te lleva a mirar a María. En Ella y con Ella, te hace las más hermosas propuestas para tu vida. Canta con Ella las maravillas de Jesús. En medio de la oscuridad comienza algo nuevo.

Espíritu Santo, transfórmanos el corazón, envíanos a un fuerte compromiso social y misionero. Gracias por hacer de nuestro corazón una casa abierta para muchos.

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