ENTONCES LO VERÁS

Porque al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, amor de los amores, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas. Te manifiestas oculto en la carne de un niño, en el que nos haces amanecer a la vida. Te manifiestas y mi corazón se ensancha, porque me tienes envuelta en el velo de tu luz, en la dicha de tu gloria inaccesible. Te adoro, Señor, me postro ante ti, te regalo mi oro, mi incienso, mi mirra.

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