Tiempo antes
del nacimiento de Jesús, unos sabios de oriente ya habían descubierto los
signos que apuntaban al Salvador y se habían puesto en camino siguiéndolos.
¡Hay tantos signos para el que busca y tan pocos para el que va distraído en la
vida, para el que solo vive en la superficie!
Imagina lo
que pudo suponer para ellos. Descubrir que lo más verdadero, lo mejor, lo
que salva... no estaba a mano, que necesitaba de un costoso viaje. Jesús
se hacía cercano, pero era
necesario hacer un largo viaje para encontrarse con él. Esto es algo de lo que
nos pueden enseñar estos personajes, que antes que reyes son sabios
Piensa en tu
propia vida (con sus ideas fijas, con sus rutinas, con aquello a lo que te
aferras de tal modo que
no te deja avanzar...) y pide a estos personajes que te ayuden a emprender cada
día el camino hasta Jesús que siempre se está acercando a ti. Que te ayuden a
mover tus ideas, tus acciones, tus sentimientos... hacia EL.
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