¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE EN LA AMISTAD?


Alguien dijo que el amigo es algo especial que Dios inventó para cuidar de la gente. La Palabra de Dios dice que “El amigo fiel es un apoyo seguro; quien lo encuentra ha encontrado un Tesoro” (Eclo 6, 14).

Ahora, tesoro es aquello que nos enriquece. Entonces, el amigo es alguien que nos hace crecer, nos vuelve mejores.

He tenido muchos amigos en toda mi vida. ¡Cómo son diferentes las personas! Gracias a Dios, tenemos amigos de todo tipo: los graciosos, los intelectuales, los que nunca se animan, los que nos miman, los originales, los que necesitan cuidados, los que son capaces de cargarnos sea cual sea nuestro estado de ánimo, los que siempre están atentos, los que sólo muestran una pequeña parte de lo que son, los que siempre consiguen lo que quieren, los valientes, los que siempre tienen una noticia o una novedad para contar, los que entran en casa en cualquier momento, los que nos dan miedo, los organizados, los “flojos” de siempre, los protectores, los de lejos, los que no paran de trabajar, los que tienen delirios de grandeza, los que siempre están enrollados en algo, los que son capaces de hacer cualquier cosa para evitar que pasemos un mal rato, los que necesitan protección, los juguetones, los sorprendentes, los que nos hacen reír a cualquier precio, los tiernos, los que siempre nos están esperando…Quien busca un amigo sin defectos, se queda sin amigo.

¿Por qué es tan importante la amistad?

Ya en el Antiguo Testamento, en diversos pasajes, la Palabra nos revela varias enseñanzas acerca de la amistad: “El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo consuela el alma” (Pr 27,9).

“El amigo ama en toda ocasión, el hermano nace para tiempo de angustia” (Pr 17,17).

“El amigo fiel es un apoyo seguro; quien lo encuentra ha encontrado un Tesoro” (Eclo 6, 14).

“Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayeren, el uno levantará a su compañ̃ero; pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante” (Ecl 4, 9-10).

“No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la casa de tu hermano el día de tu infortunio. Mejor es vecino próximo que hermano alejado” (Pr 27,10).

El mismo Jesús, Dios hecho hombre, necesitó de amigos, rió y lloró con ellos. Y quiso a través de ellos enseñarnos:

“Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer (Jn 15, 13-15).

Pero, ¿quién es el verdadero amigo? ¿Qué es lo más importante en una amistad?

En una verdadera amistad es necesario que ambos sean amigos y crezcan como personas humanas, por causa del otro.

Una amistad sin eso queda vacía, sin sentido. Y para eso hay muchas cosas importantes en una amistad. Antes que nada no puede haber rivalidad sino complementariedad; el amigo es aquel que completa al otro; le da lo que no tiene. No pueden haber celos, envidia, competencia, orgullo, arrogancia; eso destruye la amistad. Es importante que en este mismo tiempo se construya la confianza, el respeto, la tolerancia, el cariño.

No siempre el que es indulgente con nosotros es nuestro amigo, ni el que nos castiga, nuestro enemigo. San Agustín dijo que “Son mejores las heridas causadas por un amigo que los falsos besos de un enemigo. Es mejor amar con severidad a engañar con suavidad”.

Los verdaderos amigos nos ayudan a crecer porque nos revelan lo que somos, son como nuestros espejos, a través de ellos nos podemos reflejar.
Aleteia

No hay comentarios:

Publicar un comentario