En Little Boy la fe adquiere un papel muy relevante, porque el pequeño pone en práctica la advertencia evangélica de que, cuando es auténtica, mueve montañas. En su papel de hermano mayor del niño, Henrie es muy escéptico ante dicha fe... y esa era también su postura personal, a pesar de que fue educado como católico en una familia de origen italiano y fuertemente cristiana.
Fue precisamente durante el rodaje de Little Boy cuando David (quien ha participado junto a Verástegui en diversas iniciativas provida) se replanteó las cosas. Durante un pase de prensa de la película en Nueva York el pasado 26 de febrero, lo confesó así a los medios, según refiere Breathcast: "[Los productores de Little Boy] cambiaron mi vida, ayudándome a encontrar un bien mayor y a despertar al niño que hay en mi corazón, haciéndome volver a mi fe, devolviéndome mis creencias... Eso ha cambiado completamente mi vida".
"Por favor, méteme en este proyecto"
David dijo que, cuando leyó el guión, se metió en una cafetería y se puso a llorar. Luego llamó a su gente y le dijo: "Es el mejor guión que he leído nunca. Por favor, méteme en este proyecto". "Yo no sabía que había cristianos detrás de esta idea", añadió, visiblemente emocionado, en referencia a Monteverde, Verástegui o los productores de La Biblia e Hijo de Dios, Mark Burnett y Roma Downey, "pero siempre estaré agradecido a Little Boy porque fue la película que salvó mi vida, que antes de esta interpretación se encontraba en una fase de agnosticismo".
Desde el punto de vista profesional, para él supuso un importante cambio de registro, al estar acostumbrado a papeles de comedia de situación y de joven simpático y descerebrado. En esta película debía sacar a la luz su mejor veta dramática, preparada para emociones fuertes.
Una prueba de la verdadera fe: amar a los enemigos
El niño protagonista del film, Jakob Salvati, por su parte, es hijo de un pastor protestante y, como cuenta Christian Post, también ha habido relación entre su vida y su papel en Little Boy: "He escuchado a los predicadores en la iglesia que puedes mover montañas sólo con la fe de un grano de mostaza, y en la película, en vez de mover montañas, intento acabar con la guerra", dijo el pequeño en una convención de productores cristianos en Nashville (Tennessee) a finales de febrero.
En la película, su personaje, Pepper Flynt Busbee, es católico, y cuando el párroco descubra lo enorme que es su fe y para qué quiere utilizarla, le pedirá una prueba de ella mediante el precepto cristiano del amor a los enemigos, haciéndose amigo del único japonés del pueblo, Hashimoto.
Eduardo Verástegui con Jakob Salvati, en una pausa del rodaje de Little Boy. El actor mexicano participa en ella como productor y con un pequeño papel de sacerdote.
"A Hashimoto todos le odian", explica Eduardo Verástegui al comentar la película, "incluyendo el niño, porque ve en él la razón por la que su padre está en la guerra. Pero el sacerdote le dice: ´Tu fe no puede actuar si tienes odio en tu corazón. Hazte su amigo´. En otras palabras, si quieres ser perfecto, ama a tus enemigos".
Ése es, en última instancia, el mensaje de la película, explica David Henrie, condensándolo en un interrogante a modo de reflexión: "¿En qué pones tu fe? ¿Pones tu fe en ti mismo o en algo más grande que tú?".
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