VIERNES 2 de octubre 2021, DIOS NO PUEDE SER UN DIOS ENOJADO


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 10. 13-16

“¡LEVÁNTATE! TE HAGO TESTIGO DE LAS COSAS QUE HAS VISTO"


 Acabamos de conocer el #mensaje del #Papa para la #JMJ2021, que se celebrará en todas las diócesis del mundo en la fiesta de Cristo Rey.

El título es:

¡Levántate! Te hago testigo de las cosas que has visto” (cf. Hch 26,16)

Queridos jóvenes:

Una vez más quisiera tomarlos de la mano para continuar juntos la peregrinación espiritual que nos conduce hacia la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa en el 2023.

El año pasado, un poco antes de que se propagara la pandemia, firmé el mensaje con el lema “Joven, a ti te digo, ¡levántate!” (cf. Lc 7,14). En su providencia, el Señor ya nos quería preparar para la durísima prueba que estábamos a punto de vivir.

En el mundo entero se tuvo que afrontar el sufrimiento causado por la pérdida de tantas personas queridas y por el aislamiento social. También a ustedes, jóvenes —que por naturaleza se proyectan hacia el exterior—, la emergencia sanitaria les impidió salir para ir a la escuela, a la universidad, al trabajo, para reunirse. Se encontraron en situaciones difíciles, que no estaban acostumbrados a gestionar. Quienes estaban menos preparados y privados de apoyo se sintieron desorientados. En muchos casos surgieron problemas familiares, así como desocupación, depresión, soledad y dependencias. Sin hablar del estrés acumulado, de las tensiones y explosiones de rabia, y del aumento de la violencia.

Pero gracias a Dios este no es el único lado de la medalla. Si la prueba nos mostró nuestras fragilidades, también hizo que aparecieran nuestras virtudes, como la predisposición a la solidaridad. En cada rincón del mundo vimos muchas personas, entre ellas numerosos jóvenes, luchar por la vida, sembrar esperanza, defender la libertad y la justicia, ser artífices de paz y constructores de puentes.

Cuando un joven cae, en cierto sentido cae la humanidad. Pero también es verdad que cuando un joven se levanta, es como si se levantara el mundo entero. Queridos jóvenes, ¡qué gran potencialidad hay en sus manos! ¡Qué fuerza tienen en sus corazones!

Por eso hoy, una vez más, Dios le dice a cada uno de ustedes: “¡Levántate!”. Espero de todo corazón que este mensaje nos ayude a prepararnos para tiempos nuevos, para una nueva página en la historia de la humanidad. Pero, queridos jóvenes, no es posible recomenzar sin ustedes. Para volver a levantarse, el mundo necesita la fuerza, el entusiasmo y la pasión que tienen ustedes. En este sentido, quisiera que meditemos juntos el pasaje de los Hechos de los Apóstoles en el que Jesús le dice a Pablo: “¡Levántate! Te hago testigo de las cosas que has visto” (cf. Hch 26,16).

Pablo testigo ante el rey

El versículo que inspira el lema de la Jornada Mundial de la Juventud 2021 está tomado del testimonio de Pablo ante el rey Agripa, mientras se encontraba detenido en la cárcel. Él, que un tiempo fue enemigo y perseguidor de los cristianos, ahora es juzgado por su fe en Cristo. Habían pasado unos veinticinco años cuando el Apóstol narra su historia y el episodio fundamental de su encuentro con Cristo.

Pablo confiesa que anteriormente había perseguido a los cristianos hasta que un día, cuando iba a Damasco para arrestar a algunos de ellos, una luz “más brillante que el sol” lo envolvió a él y a sus compañeros de viaje (cf. Hch 26,13), pero solamente él oyó “una voz”. Jesús le dirigió la palabra y lo llamó por su nombre.

¡Saulo, Saulo!”

Profundicemos juntos este hecho. Llamando a Saulo por su nombre, el Señor le hizo comprender que lo conocía personalmente. Es como si le dijera: “Sé quién eres, sé lo que estás tramando, pero a pesar de todo me dirijo justo a ti”. Lo llamó dos veces, como signo de una vocación especial y muy importante, como había hecho con Moisés (cf. Ex 3,4) y con Samuel (cf. 1 S 3,10). Cayendo al suelo, Saulo comprendió que era testigo de una manifestación divina, de una revelación poderosa, que lo sacudió, pero no lo aplastó, al contrario, lo interpeló personalmente.

En efecto, sólo un encuentro personal —no anónimo— con Cristo cambia la vida. Jesús muestra que conoce bien a Saulo, que “conoce su interior”. Aun cuando Saulo es un perseguidor, aun cuando en su corazón siente odio hacia los cristianos, Jesús sabe que esto se debe a la ignorancia y quiere demostrar su misericordia en él. Será justamente esta gracia, este amor inmerecido e incondicional, la luz que transformará radicalmente la vida de Saulo.

¿Quién eres, Señor?”

Ante esa presencia misteriosa que lo llama por su nombre, Saulo pregunta: «¿Quién eres, Señor?» (Hch 26,15). Esta pregunta es sumamente importante, y todos en la vida, antes o después, nos la tenemos que hacer. No basta haber escuchado hablar de Cristo a otros, es necesario hablar con Él personalmente. Esto, básicamente, es rezar. Es hablar a Jesús directamente, aunque tengamos el corazón todavía desordenado, la mente llena de dudas o incluso de desprecio hacia Cristo y los cristianos. Me gustaría que cada joven, desde lo profundo de su corazón, llegara a hacerse esta pregunta: “¿Quién eres, Señor?”.

No podemos dar por descontado que todos conocen a Jesús, aun en la era de internet. La pregunta que muchas personas dirigen a Jesús y a la Iglesia es justamente esta: “¿Quién eres?”. En todo el relato de la vocación de san Pablo esta es la única vez en la que él habla. Y a su pregunta, el Señor responde sin demora: «Yo soy Jesús, al que tú persigues» (ibíd.).

Yo soy Jesús, al que tú persigues”

Por medio de esta respuesta, el Señor Jesús revela a Saulo un gran misterio: que Él se identifica con la Iglesia, con los cristianos. Hasta ahora, Saulo no había visto de Cristo más que a los fieles que había encerrado en la cárcel (cf. Hch 26,10), cuya condena a muerte él mismo había aprobado (ibíd.). Y había visto cómo los cristianos respondían al mal con el bien, al odio con el amor, aceptando las injusticias, la violencia, las calumnias y las persecuciones sufridas por el nombre de Cristo. Por eso, si se mira bien, Saulo de algún modo —sin saberlo— había encontrado a Cristo, ¡lo había encontrado en los cristianos!

Cuántas veces hemos oído decir: “Jesús sí, la Iglesia no”, como si uno pudiera ser una alternativa a la otra. No se puede conocer a Jesús si no se conoce a la Iglesia. No se puede conocer a Jesús si no por medio de los hermanos y las hermanas de su comunidad. No nos podemos llamar plenamente cristianos si no vivimos la dimensión eclesial de la fe.

Te lastimas dando golpes contra el aguijón”

Estas son las palabras que el Señor dirigió a Saulo después de que cayera al suelo. Parece como si le estuviese hablando de modo misterioso desde largo tiempo, tratando de atraerlo hacía sí, y Saulo se estuviera resistiendo. Este mismo dulce “reproche”, nuestro Señor lo dirige a cada joven que se aleja: “¿Hasta cuándo huirás de mí? ¿Por qué no escuchas que te estoy llamando? Estoy esperando tu regreso”. Como el profeta Jeremías, nosotros a veces decimos: «No volveré a recordarlo» (Jr 20,9). Pero en el corazón de cada uno hay como un fuego ardiente, aunque nos esforcemos por contenerlo no lo conseguimos, porque es más fuerte que nosotros mismos.

El Señor eligió a alguien que incluso lo había perseguido, que había sido completamente hostil a Él y a los suyos. Pero no existe una persona que para Dios sea irrecuperable. Por medio del encuentro personal con Él siempre es posible volver a empezar. Ningún joven está fuera del alcance de la gracia y de la misericordia de Dios. De ninguno se puede decir: está demasiado lejos, es demasiado tarde. ¡Cuántos jóvenes tienen la pasión de oponerse e ir contracorriente, pero llevan escondida en el corazón la necesidad de comprometerse, de amar con todas sus fuerzas, de identificarse con una misión! Jesús, en el joven Saulo, ve exactamente esto.

Reconocer la propia ceguera

Podemos imaginar que, antes del encuentro con Cristo, Saulo estaba en cierto sentido “lleno de sí”, se consideraba “grande” por su integridad moral, por su celo, por sus orígenes y por su cultura. Ciertamente estaba convencido de que hacía lo correcto. Pero, cuando el Señor se le reveló, “aterrizó” y se encontró ciego. De repente descubrió que era incapaz de ver, no sólo físicamente sino también espiritualmente. Sus certezas vacilaron. En su interior advirtió que aquello que lo había animado con tanta pasión —el celo por eliminar a los cristianos— había sido una completa equivocación. Se dio cuenta de que no era el poseedor absoluto de la verdad, más aún, que estaba lejos de serlo. Y, junto a sus certezas, cayó también su “grandeza”. De repente se supo perdido, frágil, “pequeño”.

Esta humildad —conciencia del propio límite— es fundamental. A quien piensa que lo sabe todo de sí, de los otros e incluso de las verdades religiosas, le costará encontrar a Cristo. Saulo, volviéndose ciego, perdió sus puntos de referencia. Al quedarse solo en la oscuridad las únicas cosas claras para él fueron la luz que vio y la voz que sintió. Qué paradoja: justo cuando uno reconoce que está ciego es cuando comienza a ver.

Después de la revelación en el camino de Damasco, Saulo preferirá ser llamado Pablo, que significa “pequeño”. No se trata de un “nombre de usuario” o de un “nombre artístico” —tan en boga hoy incluso entre la gente común—, fue el encuentro con Cristo el que lo hizo sentirse realmente así, derribando el muro que le impedía conocerse de verdad. Él mismo afirmó de sí: «Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, incluso indigno de llamarme apóstol por haber perseguido a la Iglesia de Dios» (1 Co 15,9).

A santa Teresa de Lisieux, como a otros santos, le gustaba repetir que la humildad es la verdad. Hoy en día muchas “historias” sazonan nuestras jornadas, especialmente en las redes sociales, a menudo construidas artísticamente con mucha producción, con videocámaras y escenarios diferentes. Se buscan cada vez más los focos del primer plano, sabiamente orientados, para poder mostrar a los “amigos” y “seguidores” una imagen de sí que a veces no refleja la propia verdad. Cristo, luz meridiana, viene a iluminarnos y a restituirnos nuestra autenticidad, liberándonos de cualquier máscara. Nos muestra con nitidez lo que somos, porque nos ama tal como somos.

Cambiar de perspectiva

La conversión de Pablo no fue un volver para atrás, sino abrirse a una perspectiva totalmente nueva. En efecto, él continuó el camino hacia Damasco, pero ya no era el mismo de antes, era una persona distinta (cf. Hch 22,10). En la vida ordinaria es posible convertirse y renovarse haciendo las cosas que solemos hacer, pero con el corazón transformado y con motivaciones diferentes. En este caso, Jesús le pidió a Pablo expresamente que siguiera hasta Damasco, hacia donde se dirigía. Pablo obedeció, pero ahora la finalidad y la perspectiva de su viaje habían cambiado radicalmente. De ahora en adelante verá la realidad con ojos nuevos. Antes eran los ojos del perseguidor justiciero, desde ahora serán los del discípulo testigo. En Damasco, Ananías lo bautizó y lo introdujo en la comunidad cristiana. En el silencio y en la oración, Pablo profundizará la propia experiencia y la nueva identidad que le dio el Señor Jesús.

No dispersar la fuerza y la pasión de los jóvenes

La actitud de Pablo antes del encuentro con Jesús resucitado no nos resulta extraña. ¡Cuánta fuerza y cuánta pasión habitan también en los corazones de ustedes, queridos jóvenes! Pero si la oscuridad que los rodea y la que está dentro de ustedes les impide ver correctamente, corren el riesgo de perderse en batallas sin sentido, hasta volverse violentos. Y lamentablemente las primeras víctimas serán ustedes mismos y aquellos que están más cerca de ustedes. Existe también el peligro de luchar por causas que en el origen defienden valores justos pero que, llevadas al extremo, se vuelven ideologías destructivas. ¡Cuántos jóvenes hoy, tal vez empujados por las propias convicciones políticas o religiosas, terminan por convertirse en instrumentos de violencia y destrucción en la vida de muchos! Algunos, nativos digitales, encuentran en el ámbito virtual y en las redes sociales el nuevo campo de batalla, utilizando sin escrúpulos el arma de las noticias falsas para esparcir veneno y destruir a sus adversarios.

Cuando el Señor irrumpió en la vida de Pablo, no anuló su personalidad, no borró su celo y su pasión, sino que hizo fructificar sus talentos para hacer de él el gran evangelizador hasta los confines de la tierra.

Apóstol de las gentes

Posteriormente, Pablo será conocido como “el apóstol de las gentes”. ¡Él, que había sido un escrupuloso fariseo observante de la Ley! He aquí otra paradoja: el Señor depositó su confianza justamente en aquel que lo perseguía. Como Pablo, cada uno de nosotros puede sentir en lo profundo de su corazón esta voz que le dice: “Me fío de ti. Conozco tu historia y la tomo en mis manos, junto contigo. Aunque a menudo hayas estado en mi contra, te elijo y te hago mi testigo”. La lógica divina puede hacer del peor perseguidor un gran testigo.

El discípulo de Cristo está llamado a ser «luz del mundo» (Mt 5,14). Pablo debe dar testimonio de lo que ha visto, pero ahora está ciego. ¡Estamos de nuevo ante una paradoja! Pero es justamente a través de esta experiencia personal que Pablo podrá identificarse con aquellos a los que el Señor lo envía. En efecto, es constituido testigo «para abrirles los ojos y que se conviertan de las tinieblas a la luz» (Hch 26,18).

¡Levántate y da testimonio!”

Al abrazar la vida nueva que nos fue dada en el bautismo, recibimos también una misión del Señor: “¡Serás mi testigo!”. Es una misión a la que dedicarse, que lleva a cambiar la vida.

Hoy la invitación de Cristo a Pablo se dirige a cada una y cada uno de vosotros, jóvenes: ¡Levántate! No puedes quedarte tirado en el suelo sintiendo pena de ti mismo, ¡hay una misión que te espera! También tú puedes ser testigo de las obras que Jesús ha comenzado a realizar en ti. Por eso, en nombre de Cristo, te digo:

- Levántate y testimonia tu experiencia de ciego que ha encontrado la luz, que ha visto el bien y la belleza de Dios en sí mismo, en los otros y en la comunión de la Iglesia que vence toda soledad.

- Levántate y testimonia el amor y el respeto que es posible instaurar en las relaciones humanas, en la vida familiar, en el diálogo entre padres e hijos, entre jóvenes y ancianos.

- Levántate y defiende la justicia social, la verdad, la honradez y los derechos humanos; a los perseguidos, a los pobres y los vulnerables, a los que no tienen voz en la sociedad y a los inmigrantes.

- Levántate y testimonia la nueva mirada que te hace ver la creación con ojos maravillados, que te hace reconocer la tierra como nuestra casa común y que te da el valor de defender la ecología integral.

- Levántate y testimonia que las existencias fracasadas pueden ser reconstruidas, que las personas que ya han muerto en el espíritu pueden resurgir, que las personas esclavas pueden volverse libres, que los corazones oprimidos por la tristeza pueden volver a encontrar la esperanza.

- ¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Difunde su mensaje de amor y salvación entre tus coetáneos, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en el mundo digital, en todas partes.

El Señor, la Iglesia, el Papa confían en ustedes y los constituyen testigos para tantos otros jóvenes que encuentran en los “caminos de Damasco” de nuestro tiempo. No se olviden: «Si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 120).

¡Levántense y celebren la JMJ en las Iglesias particulares!

Renuevo a todos ustedes, jóvenes del mundo, la invitación a formar parte de esta peregrinación espiritual que nos llevará a celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa en 2023. El próximo encuentro, no obstante, será en vuestras Iglesias particulares, en las diversas diócesis y heparquías del mundo donde, en la solemnidad de Cristo Rey, se celebrará la Jornada Mundial de la Juventud 2021 a nivel local.

Espero que todos nosotros podamos vivir estas etapas como verdaderos peregrinos y no como “turistas de la fe”. Abrámonos a las sorpresas de Dios, que quiere hacer resplandecer su luz en nuestro camino. Abrámonos a escuchar su voz, también por medio de nuestros hermanos y hermanas en la fe. De esta manera nos ayudaremos unos a otros a levantarnos juntos, y en este difícil momento histórico seremos profetas de tiempos nuevos, llenos de esperanza. Que la Bienaventurada Virgen María interceda por nosotros.


Roma, San Juan de Letrán, 14 de septiembre de 2021, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz


FRANCISCO

JUEVES 30 de septiembre 2021, FALTAN RESPUESTAS




 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 10, 1-12

"CADA GESTO CUENTA"


«Cada gesto cuenta». El lema de Cáritas que se hace más presente si cabe en Cáritas diocesana de Tenerife, que ha lanzado una campaña para canalizar el apoyo y la solidaridad ciudadanas con la población de la isla de La Palma.

Esta campaña, dirigida a los damnificados por los efectos de la erupción del volcán Cumbre Vieja, que desde el domingo ha expulsado un muro de lava que llega a los doce metros de altura y que resulta imparable sigue dejando un rastro de destrucción en La Palma.

Bizum 03762

Con ese fin, la entidad ha habilitado la cuenta corriente ES02 2100 6722 6122 0073 3169 para canalizar la ayuda de emergencia «a las personas afectadas por esta catástrofe natural a la que se enfrentan nuestros hermanos y hermanas de la Isla Bonita»

De igual modo, también se pueden realizar aportaciones a través del código 03762 del sistema BIZUM, la aplicación bancaria que podemos descargar en nuestros teléfonos móviles.
Colaboración y disposición con las autoridades

Desde Cáritas de Tenerife han valorado «positivamente» la rapidez de las administraciones públicas «a la hora de velar por la seguridad de todas las personas afectadas y garantizar el cuidado quienes están en situación de mayor vulnerabilidad».

De igual modo, «queremos ofrecer nuestra colaboración y total disposición ante los efectos sociales causados por esta emergencia. Sumamos nuestros esfuerzos y recursos a los de los agentes sociales e instituciones presentes en las zonas afectadas y de toda la Isla, compartiendo con ellos el compromiso y la solidaridad que nos mueve como Iglesia».

Dependencias diocesanas afectadas

Cabe señalar que entre los afectados que han tenido que ser evacuados y que han perdido sus viviendas se encuentran distintos agentes de Cáritas de las comunidades parroquiales de los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane. Además, varios templos religiosos, entre ellos la parroquia de San Pío X en Todoque, han sido destruidos por las coladas de lava.

Cáritas Diocesana de Tenerife articula su trabajo en dos arciprestazgos en la isla de La Palma, en Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane.

Además de la acogida y el acompañamiento a las familias más vulnerables, se desarrolla el proyecto Mila, de empleabilidad de personas en situación de exclusión social o en riesgo de padecerla; y el proyecto de Unidades Móviles de Atención en Calle para personas sin hogar. En total, el año pasado se atendieron en la isla a 1.300 personas a través de las parroquias y de los distintos proyectos y programas que desarrolla la entidad diocesana.

ECLESIA



Viernes 25 de septiembre 2021, "ABRE TUS SENTIDOS A LA CREACIÓN"


 

EVANGEELIO DE SAN LUCAS 9, 43b.45

MARÍA


Entre los personajes cercanos a Jesús, pocos como María. De ella no se dice mucho en los evangelios, pero lo que se dice es sorprendente. Madre, testigo, seguidora… Una mujer fiel a Dios, y capaz de ver más allá de lo cotidiano y establecido. Una creyente capaz de arriesgarlo todo. Una mujer valiente. Mucho más que un 'icono', mucho más que una idea, mucho más que un nombre… de ti decimos que eres madre.

Donde todos hubiesen visto una locura, María vio un horizonte. Donde muchos hubiesen visto una trasgresión, ella intuyó la promesa de Dios. Donde tantos se hubiesen estremecido ante la perspectiva y hubiesen exigido más pruebas, más seguridades o más garantías, ella exclamó: «Hágase». Donde la ley era la referencia y la condena, ella fue capaz de cantar la grandeza del Dios que está con los más pequeños y da la vuelta a todos los órdenes establecidos. Donde todo era convencional, María, con una acogida hecha al tiempo de ignorancia y valentía, de confianza y entrega, fue capaz de colaborar con Dios de un modo radical.

Pedimos a Dios, a imagen de María, ser capaces de decir en nuestra vida: «Hágase».

Pastoralsj

Viernes 24 de septiembre 2021, "TRES RESPUESTAS SOBRE JESÚS. Y LA CUARTA LA TUYA"



 


 

 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 9, 18-22

EL MUNDO CUANDO CONVERSAS


Admiro a la gente que tiene capacidad de conversar. No a los charlatanes, de verborrea incesante pero a veces hueca. Tampoco a quienes se escuchan a sí mismos, y entienden que el otro es únicamente público. Admiro a esos otros que son capaces de compartir historias, bucear en sus vidas, comunicarse desde la alegría y el dolor, desde la palabra y la mirada… no necesariamente con conversaciones trascendentes o profundísimas. A veces es el comentario de la última noticia, la narración sencilla de lo ocurrido en la jornada o la pregunta sincera por el otro. Y es que cuando conversas de verdad, cuando compartes un poquito de ti y del otro, parece que el mundo es más cálido.

Si me descuido pierdo la curiosidad, la inquietud, la atención. La prisa puede matar la capacidad de contemplar, y de compartir. Y entonces dejo de preguntarle a la realidad qué esconde tras su fachada habitual. Preguntar al semblante turbado, «¿qué ocurre?». O a la risa contenida «¿qué tienes hoy…?» Sí, vivo a veces demasiado rápido. De un lado a otro, de casa al trabajo, de una tarea a la siguiente… Y me falta la ocasión para hablar un rato con mis gentes, sin temer que el teléfono interrumpa, que el reloj me recuerde que tengo que arrancarme o que las tareas pendientes me llamen.

Si me descuido pierdo la curiosidad, la inquietud, la atención. La prisa puede matar la capacidad de contemplar, y de compartir. Y entonces dejo de preguntarle a la realidad qué esconde tras su fachada habitual. Preguntar al semblante turbado, «¿qué ocurre?». O a la risa contenida «¿qué tienes hoy…?» Sí, vivo a veces demasiado rápido. De un lado a otro, de casa al trabajo, de una tarea a la siguiente… Y me falta la ocasión para hablar un rato con mis gentes, sin temer que el teléfono interrumpa, que el reloj me recuerde que tengo que arrancarme o que las tareas pendientes me llamen.

¿Encuentro espacios para comunicarme de verdad con quienes importan en mi vida, para saber de sus preocupaciones y alegrías, para compartir la rutina, los pequeños o grandes problemas, las historias mínimas?

Pastoralsj


Jueves 23 de septiembre 2021, "CANTA, DANZA, CELEBRA"




 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 9, 7-9

NO RENUNCIES A TU VOZ


Cada uno de nosotros tenemos cada día la oportunidad de hacer escuchar nuestra voz. Es necesario levantar nuestra voz para invitar a ver las cosas desde otro punto de vista, para transgredir esos discursos que esta cultura en la que vivimos nos quiere transmitir y que tan infelices nos están haciendo. Es necesario tomar conciencia de que, si renunciamos a nuestra voz, renunciamos a defender nuestra manera de ver las cosas, a proponer que hay otra manera de vivir desde la entrega.

Por todo ello utilicemos nuestra voz sin complejos pero con el máximo respeto, siendo capaces de exponer nuestro camino con la misma fuerza con que nos dicen que no nos compliquemos la vida porque no merece la pena.

Y en todo ello tenemos como referencia y estímulo a Jesús. Él no quiso renunciar a su voz a pesar de las dificultades y de las reticencias. Y así, su voz se convirtió en una invitación a replantearse el orden de las prioridades, en la voz de las minorías, en la voz que sanaba y levantaba a los que nadie escuchaba y capacitaba, en la voz que  ayudaba a descubrir que la persona está por encima de todo y que nuestra voz siempre tiene que estar a favor de la vida.

Por todo ello no renuncias a tu voz, no renuncies a enriquecer tu entorno con tu voz, porque voces concretas, en momentos concretos, harán una vida concreta. 

TIERRA DE ACOGIDA


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 8, 4-15

"SER ARTESANOS DE PAZ Y CONCORDIA"


El Santo Padre se reunió en la Catedral de San Martín, de Bratislava, con los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas. A ellos, el Pontífice los animó a construir una “Iglesia humilde como Jesús”, para así “salir de la autorreferencialidad” y no ceder a la “tentación de la magnificencia”.

“Continúen su camino en la libertad del Evangelio, en la creatividad de la fe y en el diálogo que brota de la misericordia de Dios, que nos ha hecho hermanos y hermanas, y que nos llama a ser artesanos de paz y de concordia”, es el aliento del Papa Francisco a los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas de Eslovaquia, durante el Encuentro en la Catedral de San Martín de Bratislava, en el marco de su 34 Viaje Apostólico a Hungría y Eslovaquia.

Necesitamos una Iglesia que camina unida

Después de agradecer a Monseñor Stanislav Zvolenský, Arzobispo de Bratislava, por las palabras que le dirigió, el Santo Padre les dijo que venía como un hermano, como uno de ellos, para compartir su camino, sus preguntas, los anhelos y las esperanzas de esta Iglesia y de este país. En este sentido, el Papa les dijo que, necesitamos una Iglesia que camina unida, que recorre los caminos de la vida con la llama del Evangelio encendida. “La Iglesia no es una fortaleza, una potencia, un castillo situado en alto que mira el mundo con distancia y suficiencia. Aquí en Bratislava el castillo ya existe, ¡y es muy hermoso! Pero la Iglesia es la comunidad que desea atraer hacia Cristo con la alegría del Evangelio, es la levadura que hace fermentar el Reino del amor y de la paz en la masa del mundo”.

¡El centro de la Iglesia no es la Iglesia!

Asimismo, el Papa Francisco animó a los Pastores, religiosos y catequistas a no ceder a la tentación de la magnificencia, de la grandeza mundana. La Iglesia, les dijo, debe ser humilde como Jesús, que se despojó de todo, que se hizo pobre para enriquecernos. “Sí, es hermosa una Iglesia humilde que no se separa del mundo y no mira la vida con desapego, sino que la habita desde dentro. Habitar desde dentro, no lo olvidemos: compartir, caminar juntos, acoger las preguntas y las expectativas de la gente. Esto nos ayuda a salir de la autorreferencialidad”. ¡El centro de la Iglesia no es la Iglesia! Salgamos de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad. Adentrémonos en cambio en la vida real de la gente y preguntémonos: ¿cuáles son las necesidades y las expectativas espirituales de nuestro pueblo? ¿Qué se espera de la Iglesia?

Sin libertad no hay verdadera humanidad

Ante estas preguntas, el Santo Padre les propuso tres palabras: “libertad, creatividad y diálogo”. La primera es libertad. Sin libertad no hay verdadera humanidad, porque el ser humano ha sido creado libre para ser libre. El Papa al recordar los periodos dramáticos de la historia de este país dijo que, son una gran enseñanza: cuando la libertad fue herida, violada y asesinada; la humanidad fue degradada y se abatieron sobre ella las tormentas de la violencia, de la coacción y de la privación de los derechos. “Pero, al mismo tiempo, la libertad no es una conquista automática, que permanece igual una vez para siempre. La libertad siempre es un camino, a veces fatigoso, que hay que renovar continuamente”. La libertad llama a ser responsables de las propias decisiones, a discernir, a llevar adelante los procesos de la vida en primera persona.

Una gran tentación: mejor algunas cebollas que la fatiga y el riesgo de la libertad”

A veces también en la Iglesia, advierte el Papa, nos puede acechar esta idea: es mejor tener todo predefinido, más que ser cristianos responsables y adultos que piensan, interrogan la propia conciencia y se dejan cuestionar. Queridos amigos, no tengan miedo de formar a las personas en una relación madura y libre con Dios. Esto quizá nos dará la impresión de no poder controlarlo todo, de perder fuerza y autoridad; pero la Iglesia de Cristo no quiere dominar las conciencias y ocupar los espacios, quiere ser una “fuente” de esperanza en la vida de las personas. Lo digo sobre todo a los Pastores: ustedes ejercitan el ministerio en un país en el que muchas cosas han cambiado rápidamente y muchos procesos democráticos se han iniciado, pero la libertad todavía es frágil. Por eso los animo a hacerlas crecer libres de una religiosidad rígida. Que ninguno se sienta presionado. Que cada uno pueda descubrir la libertad del Evangelio, entrando gradualmente en relación con Dios, con la confianza de quien sabe que, ante Él, puede llevar la propia historia y las propias heridas sin miedo y sin fingimientos, sin preocuparse de defender la propia imagen.

“Que el anuncio del Evangelio sea liberador, nunca opresor. ¡Y que la Iglesia sea signo de libertad y de acogida!”

Creatividad para anunciar la alegría del Evangelio

La segunda palabra que propuso el Santo Padre es creatividad. Ustedes son hijos de una gran tradición, que viene desde la predicación y el ministerio de las figuras luminosas de los santos Cirilo y Metodio. Ellos nos enseñan que la evangelización no es nunca una simple repetición del pasado. La alegría del Evangelio siempre es Cristo, pero las sendas para que esta buena noticia pueda abrirse camino en el tiempo y en la historia son diversas. Cirilo y Metodio recorrieron juntos esta parte del continente europeo y, ardientes de pasión por el anuncio del Evangelio, llegaron a inventar un nuevo alfabeto para la traducción de la Biblia, de los textos litúrgicos y de la doctrina cristiana. Fue así que se convirtieron en apóstoles de la inculturación de la fe entre ustedes.

“Cirilo y Metodio fueron inventores de nuevos lenguajes para transmitir el Evangelio, fueron creativos en la traducción del mensaje cristiano, estuvieron tan cerca de la historia de los pueblos que encontraban, que hasta llegaron a hablar su lengua y asimilar su cultura”

Ante la pérdida del sentido de Dios y de la alegría de la fe no sirve lamentarse, atrincherarse en un catolicismo defensivo, juzgar y acusar al mundo; es necesaria la creatividad del Evangelio. ¡Qué hermoso cuando sabemos encontrar caminos, modos y lenguajes nuevos para anunciar el Evangelio! Si con nuestra predicación y nuestra pastoral no logramos entrar más por la vía ordinaria, intentemos abrir espacios diferentes, experimentemos otros caminos. Cirilo y Metodio lo hicieron y nos dicen esto: el Evangelio no puede crecer si no está radicado en la cultura de un pueblo, es decir, en sus símbolos, en sus preguntas, en sus palabras, en su modo de ser. Los dos hermanos tuvieron muchos obstáculos y persecuciones, ustedes lo saben. Fueron acusados de herejía porque se habían atrevido a traducir la lengua de la fe.

“Así es la ideología que nace de la tentación de uniformar. Pero la evangelización es un proceso de inculturación, es semilla fecunda de novedad, es la novedad del Espíritu que renueva todas las cosas”
El diálogo para unir tradiciones y sensibilidades diversas

Finalmente, el Papa Francisco les propuso el diálogo. Una Iglesia que forma en la libertad interior y responsable, que sabe ser creativa adentrándose en la historia y en la cultura, es también una Iglesia que sabe dialogar con el mundo, con el que confiesa a Cristo sin que sea “de los nuestros”, con el que vive la fatiga de una búsqueda religiosa, también con el que no cree. Es una Iglesia que, siguiendo el ejemplo de Cirilo y Metodio, reúne y mantiene unido el Oriente y el Occidente, tradiciones y sensibilidades diversas. Una comunidad que, anunciando el Evangelio del amor, hace brotar la comunión, la amistad y el diálogo entre los creyentes, entre las diferentes confesiones cristianas y entre los pueblos.

“La unidad, la comunión y el diálogo siempre son frágiles, especialmente cuando en el pasado hay una historia de dolor que ha dejado cicatrices”

El recuerdo de las heridas puede hacer caer en el resentimiento, en la desconfianza, incluso en el desprecio, induciendo a levantar barreras ante el que es distinto de nosotros. Pero las heridas pueden ser accesos, aberturas que, imitando las llagas del Señor, dejan pasar la misericordia de Dios, su gracia que cambia la vida y nos transforma en agentes de paz y de reconciliación. Sé que ustedes tienen un hermoso proverbio: «A quien te tire una piedra, tú regálale un pan». ¡Esto es muy evangélico! Es la invitación de Jesús a romper el círculo vicioso y destructivo de la violencia, poniendo la otra mejilla a quien nos golpea, para vencer el mal con el bien.

Vatican News

JUEVES 16 de septiembre de 2021, SÉ CONSTANTE


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 7, 36-50

EL MISTERIO DEL ARCOIRIS

La unión de colores en el cielo, la unión de inquietudes y situaciones en nuestra vida ¿es un misterio?

Cuando el rojo pasión se une con el verde esperanza resurge el color tierra haciéndonos recordar que somos barro modelado por las manos de Dios. La esperanza de nuestro corazón y el fuego de nuestra alma nos indican que estamos vivos, que luchamos por algo importante y que en la vida hay más belleza en dar que en recibir porque la tierra, el barro, es un don gratuito de Dios que nos ofrece a diario para que construyamos formas distintas en las que podamos ser nosotros mismos.

Cuando el azul tranquilo, signo de estabilidad y profundidad se une con el amarillo sabio, inteligente y enérgico nace en nuestra alma la serenidad y sosiego basado en los fuertes pilares del Amor verdadero, de aquel amor que a veces nuestros ojos se cierran a ver y sin embargo permanece brillando en nuestra alma.

Cuando el negro del poder, la elegancia, la formalidad, la muerte y el misterio se une con el blanco cargado de luz, bondad e inocencia aparece un gris que nos recuerda la perfección de la vida en los vaivenes de situaciones y acontecimientos. En ese gris hay tonos más fuertes y más suaves que nos invitan a ver con mayor claridad quienes somos y hacia donde vamos.

El naranja combina la energía del rojo con la felicidad del amarillo. Se le asocia a la alegría, el sol brillante. El naranja nos recuerda que estamos vivos, que aceptamos nuestro ser con nuestras limitaciones y grandezas. Que nunca es tarde para empezar de nuevo a vivir y a ser aquello que queremos ser y que somos.

El púrpura aporta la estabilidad del azul y la energía del rojo. Nos viene a recordar con sus destellos que Dios es el centro de nuestro ser y hacer y que nuestro corazón siente, vive, sufre, llorar, ríe… en función de lo que vivimos, en función de lo que somos.

El color café, que surge del marrón amarillento representa la capacidad de entregar todo el esfuerzo y el trabajo a nuestros amigos con el único fin de hacerles felices. Anuncia una vida espiritual sedienta de verdad y de sencillez.

El rosa que surge del rojo aclarado anuncia la capacidad maravillosa que tenemos de amar aprendiendo día a día a vivir mejor y ser felices.
Nos recuerda una vida emocional basada en el amor que es capaz de vencer todos los obstáculos y ganar todas las luchas. Ayuda a un desarrollo espiritual que está basado en el amor a Dios por sobre todas las cosas del mundo.

La ausencia de color representa la incapacidad de crecer porque nuestro ser interno está limitado y atrapado por el dolor y las dudas.
Anuncia una vida emocional nula. Ayuda a un desarrollo espiritual en el cual en el camino de la vida se encuentra siempre una ayuda para cambiar y crecer.

Amigo mío, dame tu mano caminemos por ese arco iris en el que Dios mezcla la creación con los sentimientos y situaciones de nuestra vida. Miremos al frente, pongamos lo que somos en sus manos, lo que vivimos en su santuario, dando gracias por lo bueno y por aquello que nos ayuda a crecer, aunque a veces sea a base de sufrimiento.

Pintemos a nuestro paso bellos trazos de colores en los que recordemos al mundo que no existe un color único, que nada es perfecto ni imperfecto en su pura esencia. Que la vida está hecha de mezclas pero que nosotros somos los protagonistas de nuestro cuadro y que convertiremos un blanco lienzo en una bella obra de arte basada en el amor, el perdón y la amistad.

La vida es misterio, el ser humano es misterio, el arco iris es misterio pero… ¡que suerte tenemos de poder ir descifrando con el paso de la vida cada uno de esos colores que forman nuestro ser!

Encar_AM

MARTES, 14 de septiembre de 2021 JESUCRISTO ES SEÑOR, PARA GLORIA DE DIOS PADRE


 

EVANGELIO DE SAN JUAN 3,13-17

LA CRUZ







Más abiertos aún los brazos,
para abarcar a quien necesita una cuna para su dolor.
Más abiertos,
mostrando una desnudez que no esconde malicia.
Más abiertos, y de tan abiertos un poco quebrados,
que no hay quien los sostenga, solo dos clavos.
Un rostro exhausto,
pero aún capaz de ver a la madre,
al amigo, al enemigo
y para todos balbucear amor,
perdón o futuro.
Cargar con la cruz es abrazar la vida. Ahora.

 

(José María R. Olaizola sj)

TE ESPERO

EVANGELIO DE SAN LUCAS 6, 43-49

LOS MEJORES AMIGOS

Hace bastantes años, siendo un poco más inexperto en esto de la complejidad de las relaciones humanas, vivía con culpabilidad la acusación que alguna vez alguien me hacía de ser más amigo de unas personas que de otras. Yo, según esa acusación, expresada con amable contundencia y despiadada inhumanidad, debía sentir lo mismo por todo el mundo, y llevar una escrupulosa contabilidad afectiva, para no hacer diferencias «que eran incompatibles con una verdadera comunidad cristiana». Entonces aquello me hacía dudar. Esa idealización de las relaciones humanas, ese balance emotivo, esa exigencia de frialdad (pues eso era, al fin y al cabo)… me generaba desazón y me hacía dudar sobre si estaba tratando bien a la gente.

A lo largo de los años he vuelto a encontrar periódicamente esa misma mitificación de las relaciones. Quien exige siempre trae un plan B por si pones objeciones. «No, por supuesto que puedes tener amigos, pero no aquí, no ahora, no en la parroquia, o en el colegio, o en el ámbito en que trabajas (para no mezclar)» y de nuevo la insidiosa sospecha, porque ¿cómo vas a cuidar de todos si hay diferencias? (De poco sirve que expliques entonces que los vínculos surgen donde uno gasta la vida).

Hoy tengo muy claro que la amistad para mí es algo innegociable, y no se construye a base de encajar piezas de un puzzle para que todo esté perfectamente colocado. La amistad es una necesidad profunda, humana, y real (y si es importante en toda vida, no te cuento en la vida de los célibes). No se programa, no se diseña, y no se fuerza. Surge (o no) precisamente allá donde hay encuentro, contacto, convivencia o proyectos comunes. Y como tanto en las relaciones humanas tiene algo de imprevisto, de incontrolable, de gratuito.

Evidentemente, has de intentar tratar a todo el mundo con justicia. Pero no puedes ser amigo de todo el mundo. ¿A quién no le ha ocurrido, que con algunas personas te brota mantener cierta distancia desde el minuto uno (y a veces ni siquiera sabes por qué, pues las afinidades son así de extrañas)? Del mismo modo, tampoco puedes pretender gustar o caer bien a toda la gente. Si el propio Jesús habla de amar a amigos y enemigos, es muy consciente de que no todos los vínculos son fáciles o amables.

Lo que sí puedes es respetar a todos. No hacer diferencias injustas basadas en el afecto. Puedes tratar de querer a todos (aunque evidentemente no llamarías a todo el mundo para compartir una herida, una alegría o un mal rato). Y compartir distintos ámbitos de la vida con distintas personas. Pero, por supuesto, haciendo de la amistad una categoría real, no una mistificación irreal.