ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

EVANGELIO DE SAN LUCAS 14, 1.7-11

SÍNODO DE 2023

El Sínodo de los Obispos es un organismo consultivo creado por Pablo VI en el marco del Concilio Vaticano II, para pedir a obispos de todo el mundo que participen en el gobierno de la Iglesia, aconsejando al Papa sobre asuntos de interés para la Iglesia universal.

En el año 2023, el Sínodo de los Obispos se reunirá en su XVI Asamblea General Ordinaria, para tratar el tema ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’, a convocatoria del papa Francisco.

Se introduce una novedad: el Sínodo de 2023 no solo es la Asamblea de octubre de 2023, ese evento donde participan el Papa y los obispos, sino que es todo un proceso que involucra, además, al conjunto de los bautizados (sacerdotes, religiosos, laicos, hombres, mujeres, jóvenes, adultos…).

3. Por qué se habla de ‘Sínodo 2021-2023’

En algunos sitios se habla de ‘Sínodo 2021-2023’ porque los trabajos preparatorios de la Asamblea comienzan en 2021, y el Papa quiere que toda la Iglesia universal participe en ellos, para lo cual ha diseñado un itinerario especial.

La Asamblea de 2023 será la tercera fase del Sínodo, donde tomarán parte entre 200 y 250 padres sinodales. Antes, en 2021 y 2022, se celebrarán las fases de preparación donde habrán participado millones de personas.

Así, el Sínodo 2021-2023 no solo es la Asamblea de octubre de 2023, ese evento donde participan el Papa y los obispos, sino que es todo un proceso que involucra, además, al conjunto del Pueblo de Dios.

4. Cuál es el objetivo del Sínodo de 2023

Al convocar esta reunión del Sínodo, el papa Francisco quiere que toda la Iglesia reflexione sobre la sinodalidad, un tema que él considera que es decisivo para la vida y la misión de la Iglesia.

Cuando se conmemoraron los 50 años de la institución del Sínodo de los Obispos, se celebró un acto en Roma. El papa Francisco pronunció un discurso donde señaló: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra ‘Sínodo’. Caminar juntos –laicos, pastores, Obispo de Roma– es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no es tan fácil ponerlo en práctica”.

Y añadió: “Estoy convencido de que, en una Iglesia sinodal, también el ejercicio del primado petrino podrá recibir mayor luz. El Papa no está, por sí mismo, por encima de la Iglesia; sino dentro de ella como bautizado entre los bautizados y dentro del Colegio episcopal como obispo entre los obispos, llamado a la vez –como Sucesor del apóstol Pedro– a guiar a la Iglesia de Roma”.

5. Qué tiene de novedoso el Sínodo de 2023

El papa Francisco ha diseñado un itinerario sinodal que supone una modalidad inédita para preparar el camino hacia la Asamblea de 2023, tanto por sus fases como por la implicación que pide a todos los bautizados.

El objetivo es la escucha real y garantizar que todos los creyentes pueden participar de alguna manera en el proceso sinodal.

Lo cierto es que en 2014 y 2015, el Vaticano envió un cuestionario a las Iglesias locales para que participaran en los dos Sínodos que se dedicaron a la familia. Pero en esta ocasión se aplicará una metodología que garantiza que esa consulta sea real y efectiva.

El camino sinodal se articulará en tres fases:
Fase diocesana: octubre 2021-abril 2022.
Fase continental: septiembre 2022-marzo 2023.
Fase de la Iglesia universal: octubre 2023.

6. Por qué hay dos Instrumentum laboris del Sínodo de 2023

En el Sínodo de 2023 hay dos Instrumentum laboris que resultan de consultar a las Iglesias locales (fase diocesana) y a las Iglesias a nivel continentes o regiones (fase continental).

Los dos Instrumentum laboris los elabora la Secretaría General Permanente del Sínodo: el primero estará publicado en septiembre de 2022 y el segundo se publicará en junio de 2023, y los dos textos se enviarán a los padres sinodales antes de la Asamblea de octubre de 2023.

Ambos textos servirán para iniciar las discusiones de los miembros participantes y focalizar sus trabajos.

7. Qué documentos se han publicado hasta ahora

El 7 de septiembre de 2021, la Secretaría General del Sínodo publicó el Documento Preparatorio (lo que hasta ahora se conocía como Lineamenta) acompañado por un Vademécum (un manual “para la escucha y el discernimiento) y un cuestionario. El objetivo de esta documentación es proporcionar una metodología y facilitar la consulta y la participación de todos los creyentes en el ámbito de la Iglesia local.

El Documento Preparatorio se ha enviado a todas las diócesis, Conferencias Episcopales, dicasterios de la Curia romana, Unión de Superiores Generales, Unión de Superioras Mayores, otras uniones y federaciones de Vida Consagrada, movimientos internacionales de laicos, Universidades y Facultades de Teología.

Religión Digital


VIERNES 29 de octubre 2021, "TÚ ERES LO MÁS IMPORTANTE"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 14, 1-6

SLIDARIDAD Y ACCIÓN FRENTE AL VOLCÁN DE PALMA


El secretario general de la CEE, Mons. Argüello ha expresado, en nombre de todos los obispos españoles su solidaridad con los habitantes de Palma, isla que en los últimos días, vive con preocupación e incertidumbre la erupción de uno de sus volcanes.

El Secretario General y portavoz de la CEE, Mons. Luis Argüello, se ha detenido, especialmente, en los difíciles momentos que atraviesa la población de la isla de la Palma que, desde el día 19 de septiembre, se ha visto asolada por la erupción del volcán de cumbre vieja.

Además del apoyo expresado en la Nota final que han realizado los obispos de la Comisión Permanente, Mons. Arguello ha afirmado que este tipo de acontecimientos “nos convoca a una humildad existencial ante la fuerza de la naturaleza” y a centrarnos en el “cuidado de lo esencia. Hechos así nos hacen ver lo ridículas que son nuestras disputas” y ha querido lanzar un mensaje de esperanza recordando que “estos acontecimientos nos hacen reconocer nuestra fragilidad y también nos hacen caer en la cuenta de lo que podemos construir juntos”.

La cruz que vimos derrumbarse adquiere un significado singular

El portavoz de los obispos ha calificado de “misterio” la realidad de “este volcán que genera y destruye; que es el origen de esas islas y que, al mismo tiempo, está causando tanto dolor. Esa cruz que vimos derrumbarse cuando caía el templo entero de un barrio adquiere un significado singular porque la luz del misterio pascual que une la muerte y la vida aparece como una humilde propuesta de sentido y trabajo solidario que en la iglesia queremos vivir y ofrecer”.

Asimismo, en la rueda de prensa se han compartido unas notas sobre la labor que Cáritas diocesana de Tenerife, está realizando, desde el día de la erupción, con el fin de paliar las terribles consecuencias que esta erupción está teniendo para cientos de familias.

Concretamente, los principales problemas que se están viviendo y que afectan a la pérdida de la vivienda de muchas familias. Además de la oferta de acogida de particulares, Cáritas ha ayudado a habilitar espacios parroquiales para acoger a personas evacuadas. El propio Obispado ha puesto a disposición dos viviendas para esta acogida y siguen recibiendo llamadas de particulares dispuestos a ceder viviendas para estas personas.

La solidaridad también se ha notado en la llegada de ropa y suministros básicos, así como en la recaudación de más de 350.000€ para ayudar en esta dramática situación.

Omnes

JUEVES 28 de octubre 2021 "TESTIGOS DEL AMOR DE DIOS"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 6, 12-19

«LOS MISIONEROS NO PODEMOS LLEGAR AL FINAL DE LA PANDEMIA"

     El obispo español en Kazajistán José Luis Mumbiela (centro) junto a un grupo de fieles en Almaty,         Kazajistán - ABC

El Domund resiste al coronavirus en España y logra enviar más de 11 millones euros a las misiones durante la peor crisis sanitaria de la historia reciente

Casi la mitad de la población mundial vive en alguno de los más de 1.100 territorios de misión instituidos por la Iglesia. Suelen ser regiones recónditas del planeta donde existen grandes dificultades económicas y falta de medios materiales. En casi todos ellos, hay algún misionero español. Es el caso del obispo José Luis Mumbiela. Desde 1998, este misionero nacido en Huesca (Aragón) trabaja en la diócesis de Almaty, Kazajistán, y desde el año 2001 es además su obispo.

Después de más de dos décadas en este país de mayoría musulmana, monseñor Mumbiela asegura que a través de «la oración y la caridad, la Iglesia va llegando a la gente incluso aunque no sea cristiana». «Dios mueve ficha porque quiere que la Iglesia esté en estos sitios y porque la gente además nos está esperando. Los misioneros no podemos ser los últimos, ni llegar al final de la pandemia porque siempre hay virus, problemas o necesidades. Tenemos que ser los primeros en acompañar a las personas», aseguró el prelado, durante la presentación este martes de la campaña del Domund (Jornada Mundial de las Misiones), que se celebra este domingo bajo el lema 'Cuenta lo que has visto y oído'.

La Iglesia en Kazajistán --según su obispo-- es «una iglesia joven, que está en pañales». «Es además una iglesia pobre pero agradecida con la ayuda de España. Para nosotros la ayuda del Domund forma parte del oxígeno que respiramos», comentó el prelado.

Pese al confinamiento y las restricciones impuestas en nuestro país durante la primera ola del Covid y que obligaron incluso a cerrar los templos, los fieles consiguieron destinar más de 11 millones de euros a las misiones. «La gente ha demostrado ser muy sensible a la situación de los cristianos durante la crisis sanitaria», afirmó el director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de España, José María Calderón.

Más de 7.000 españoles

La vitalidad de la Iglesia en territorios de misión además es palpable. Un sacerdote en territorio de misión atiende de media el doble de personas que un presbítero en una zona urbana. Aunque el número va en paulatino descenso, los misioneros españoles en activo superan actualmente los 7.000 y están presentes en los cinco continentes, sobre todo en América Latina, donde se concentran casi siete de cada diez.
Una joven misionera de la asociación JatariUna joven misionera de la asociación Jatari - ABC

«Aunque el perfil más común sigue siendo el de las religiosas, cada vez hay más variedad porque hay más jóvenes entre los laicos que se van a la misión. También hay muchos jubilados o prejubilados», explicó el padre José María Calderón.

Entre las nuevas generaciones de misioneros se encuentra Mónica Marín. Con veinte años esta logopeda fundó la Asociación Jatari ('levántate', en quechua) para ayudar a otros jóvenes «a dejar la comodidad del sofá» y ayudar en las misiones. Ella misma pasa cada año por esa experiencia en el Vicariato de San Ramón, en la selva central de Perú. «La misión es la manera más fresca de transmitir la buena noticia del Evangelio», aseguró.

El Domund (Domingo Mundial de las Misiones), cuya principal labor es atender la vida de la misión y de sus misioneros, se creó el 14 de abril de 1926 a iniciativa de Pío XI que ya en la fiesta de Pentecostés de 1922, año en que fue elegido Papa, interrumpió su homilía y, en medio del silencio, se despojó de su solideo y lo tendió hacia la muchedumbre que llenaban la Basílica de San Pedro, a la vez que pedía a toda la Iglesia ayuda para las misiones.

ABC








DOMUND "CUENTA LO QUE HAS VISTO Y OÍDO"

Este domingo, 24 de octubre, la Iglesia celebra el DOMUND, día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre, el “mes de las misiones”. Con los donativos recibidos, se colabora con la labor evangelizadora y promoción social que hacen los misioneros.

Este martes, Obras Misionales Pontificias ha presentado la Jornada a los medios de comunicación y José María Calderón, director de OMP España, ha explicado que el DOMUND “es una jornada muy importante para nosotros y para la Iglesia en general. Las Obras Misionales Pontificias son una red mundial que, en nombre del Papa, sostiene a la misión y las jóvenes iglesias con oración y caridad. Es una parte de la Iglesia, no una institución ajena. Formamos parte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el objetivo es ayudar y mantener vivo el espíritu misionero de la Iglesia"

El lema para el DOMUND de este año es “Cuenta lo que has visto y oído”. Un lema que viene propuesto por la Santa Sede para todo el mundo. José María Calderón ha explicado que “el Papa nos dice que es una invitación a cada uno de nosotros a dar a conocer lo que tenemos en el corazón. No es tanto contar por parte del misionero lo que está viviendo, sino que él nos cuente lo que ha visto y oído en el corazón”.

El director de OMP ha explicado que “es importante darnos cuenta de que esta jornada no sirve para solucionar proyectos – hay muchas instituciones que ya lo hacen – sino que es la jornada en la que los cristianos tenemos que ser conscientes de que la Iglesia Universal depende de nosotros. Todo es Iglesia. Lo que se recauda principalmente es para que los territorios de misión puedan sobrevivir y salir adelante”.

José María Calderón ha admitido que el “año pasado fue muy duro y tuvimos que re-inventarnos a través de las redes sociales y esto nos ayudó muchísimo porque tuvimos un gran éxito reconocido por el mismo Santo Padre”. El director de OMP espera que este año, “con los colegios ya abiertos y las iglesias a pleno aforo consigamos poder salir adelante con más conciencia”

Este año se seguirán haciendo algunas acciones que han caracterizado el DOMUND del año pasado como es la carrera virtual. “Sabéis que cada año nos focalizamos en un lugar de España y este año hemos elegido la Archidiócesis de Toledo y su Provincia eclesiástica para el 'Domund al descubierto'. Seguramente el plato más fuerte va a ser este jueves, 21 de octubre, con el pregón que lo va a dar el chef Pepe Rodríguez”.

Al acabar su intervención José María Calderón ha recordado que esta es una “carrera de obstáculos muy bonita porque creemos firmemente que la Iglesia tiene que apostar por la misión y tenemos que renovar este espíritu misioneros. Concluyendo, el director de OMP ha recordado que hay 7.100 misioneros españoles repartidos por el mundo: “El año pasado España contribuyó con más de 11 millones de euros y se han ayudado 504 proyectos”.

Ha recordado asimismo que el próximo año, el 2022, va a ser muy importante para Obras Misionales Pontificias con la beatificación de Pauline Jaricot, fundadora de la propagación de la fe, el 22 de mayo.

Cope.Aleluya




EVANGELIO DE SAN LUCAS 13, 1-9

ALGÚN DÍA ENTENDEREMOS QUE DIOS ES ABBÁ

Debo admitir que me apasiona la mitología clásica, especialmente la griega… ¡Nos dice tanto sobre el ser humano, sobre nuestras miserias, nuestros pecados, nuestra capacidad de sacrificio, nuestra capacidad de heroísmo, nuestras luces y nuestras sombras…! Los mitos nos hablan sobre los comienzos, sobre las cosas que preocupan al ser humano, sobre lo que nos trasciende. En el fondo intentan hablarnos (y explicarnos) sobre el mundo, el hombre y Dios. Recuerdo a un profesor que nos repetía: «el mito no nos habla de lo que ocurrió, nos habla de lo que ocurre».

Los relatos son hermosos y apasionantes: Heracles, Teseo, Orfeo y Eurídice, Perseo y Medusa… Pero también debo reconocer que los mitos nos transmiten una imagen de los dioses en la que aparecen poseyendo todos los defectos humanos (envidia, ira, lujuria, falta de solidaridad, arbitrariedad, 'amiguismo', carácter vengativo…) y pocas de sus virtudes (compasión, dar segundas oportunidades, perdón, empatía, gratuidad…). Multitud de los relatos hacen referencia a venganzas de los dioses ante los 'pecados' humanos: Aracne, Prometeo, Sísifo, Narciso, Ixión… Y los castigos de los dioses son terribles… y para siempre.

Estas últimas semanas, al leer mensajes en las redes sociales, al hojear 'artículos' (que don Mariano José de Larra me perdone por llamar así a alguno de esos escritos) me da la impresión de que algunos piensan que el Dios Padre de Jesús, el Dios que se nos revela en Cristo, es Zeus, Poseidón o Hades.

Es curioso cómo, todavía, demasiadas personas se imaginan que lo que nos espera al final de nuestra vida es un juez con un código debajo del brazo (o con un catecismo) para ver qué hemos hecho bien y qué hemos hecho mal y para ver qué castigo hay que aplicar… ¡Qué ganas, casi morbosas, tienen algunos de que Dios sea un castigador! ¡Con qué mezquino corazón proyectamos, a veces, en Dios nuestra dificultad para perdonar!

Dios no es un castigador, nosotros a veces lo somos. Dios no es un juez implacable, nosotros a veces lo somos. ¡Cuándo entenderemos que Dios no nos quiere porque seamos buenos, nos quiere porque Él es bueno! Dios nos quiere como somos, aunque nos sueña mejores y nos llama e invita a ser cada día más humanos, más buena gente, más solidarios, más libres, más respetuosos, más hermanos.

No creamos a quien nos diga que Dios se ha llevado a nuestros seres queridos. No creamos a quien nos diga que Dios quería esto y que es su voluntad. Y, sobre todo, no olvidemos que Dios está en cada una de nuestras lágrimas, porque nuestro Dios es un Dios que siente pasión por nosotros. No dudemos de que Dios está sufriendo como nosotros y con nosotros. No olvidemos nunca que nuestro Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos. Y que su gloria, su auténtica gloria, es que el ser humano viva.

Dios está en cada cama de hospital, en cada profesional, en cada persona que sufre, en cada persona a la que le dan de alta, en cada policía que nos cuida, en cada persona que limpia, en cada camionero que nos trae lo necesario para seguir adelante, en cada repartidor, en cada familiar que deja a su ser querido a las puertas de urgencias y tiene que irse llorando… Dios está en nuestras cruces sirviendo, consolando sosteniendo, amando… Dios es Padre, Madre, amigo, Hermano, sanitario, limpiador, buen vecino… Dios está en nuestras cruces pero no enviándonoslas, Dios no quiere que el ser humano sufra, no caigamos en esa blasfemia. ¡La gloria de Dios es que el ser humano viva!

No nos salvó ni Zeus, ni Poseidón, ni Hades. Nos salvó Cristo resucitado. Nos salvó el Hijo de Abbá.

 

VIERNES 22 de octubre 2021 "YO SOY TU DIOS"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 12, 54-59

ALGUNAS MUJERES EN LOS CAMINOS DEL SÍNODO


 Aprovechando que estamos en la octava de Teresa de Jesús, mujer y amiga de Dios y que a ella nunca le gustó «andar por las ramas» –por eso descubrió tan bien el rostro de Jesús– quiero compartiros algunas «consolaciones» de los últimos días. Y es que Teresa de Jesús es el paradigma más sensato de la vida consagrada también para nuestros días sinodales. Abrió caminos y no los impuso; escuchó y, en consecuencia, cambió varias veces en su vida; supo ofrecer hogar para quienes buscaban, como ella, la sencillez del Reino de Dios; seguramente se comió muchas palabras, pero nos dejó otras tantas en las que hoy encontramos luz para el seguimiento, la innovación y la verdad del discipulado. Teresa de Jesús es, sin duda alguna, un modelo de feminidad que luce por sí misma, sin tener que enfrentar o confrontar a otros u otras. Es una mujer que crea vida, la gesta, la acompaña y la recibe.

Se me ocurre que como ella, hay muchas mujeres que lo están haciendo. No nos redactan sus moradas, pero las viven. Hay mujeres consagradas que en el silencio de la jornada tienen muchas palabras llenas de Dios. Nos lo entregan en infinidad de gestos callados. Nos transparentan luz, aun cuando estén viviendo oscuridad u ocultación, que de todo hay.

Hay mujeres que tienen nombre y apellidos, historia vocacional y milagros para repartir que, de momento, disfrutan pocos. Son ellas –también, por supuesto, hay varones– quienes nos dicen en lo concreto en qué consiste la sinodalidad. Lo dicen sin decirlo ni publicarlo, pero la viven. Están siendo lazo, unión y vínculo entre los diferentes. Están sirviendo y gozando de la alegría del servicio gratuito. Están escuchando a la multitud de heridos y heridas que provoca una sociedad en guerra comercial manifiesta. Acompañan a los descartados por el sensacionalismo y la hipocresía; los silenciados y arrinconados por quienes viven en sus círculos cerrados de poder; los que se sienten solos e indefensos porque han acumulado años de silencio y desprecio; los vagabundos, ancianos y aquellos que no cuentan para las encuestas de opinión. Los transeúntes, sin papeles, huidos y presos… Hay muchas experiencias de consuelo que miradas una a una parecen anécdotas, vistas en conjunto nos hablan de la arrolladora fuerza de la historia de la salvación en camino.

Son ellas las que sostienen comunidades que aún siendo débiles, resplandecen porque desprenden misericordia y verdad. Están en el corazón de las iglesias locales. En los ministerios de riesgo, con los últimos y últimas. Dan rostro a las conferencias de religiosos y tienen corazón y comunión para regalar a los que, dentro de ellas, están más solos o débiles. Comparten la fe en sus parroquias, son pueblo de Dios feliz de serlo y llevan el aliento y a Cristo a tantos enfermos e impedidos. Rememoran y brillan con el primer amor de la fe cada vez que acompañan a los más pequeños o adultos en la entrada sacramental de la Iglesia. Son mujeres que están y sirven; sostienen y alientan una Iglesia que quiere caminar sinodalmente… que quiere gritar comunión en la diversidad. Estas mujeres, con años y experiencia de camino, llaman a cada cosa por su nombre. Son valientes y tienen fe. A veces callan, no es por cobardía o por dar la razón a quien sin vista manda, es por la confianza que tienen en la fuerza de la comunión que, al final y siempre, llevará a la comunidad cristiana a los márgenes, allí donde la vida crece y se cuestiona. Allí donde está la verdad.

Estas mujeres que difícilmente dejarán su nombre en los medios de comunicación del proceso sinodal son, sin embargo, el alma de un itinerario que hoy empieza. En su corazón y en sus entrañas todavía fecundas tiene garantías de éxito esta experiencia de encuentro, camino y comunión. Va por ellas.

 Gonzalo Díez

JUEVES 21 de octubre 2021, "TÚ ME LLAMAS Y YO TE BUSCO"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 12,49-53

Y SU REINO NO TENDRÁ FIN

Hablar del Reino de Dios es hablar del gran proyecto de Jesús, de su sueño para el mundo. Este era su objetivo, un modo de vivir y de ver el mundo desde la misericordia, siempre con la mirada puesta en los últimos. Tanto es así que le costó la propia vida demostrar que el amor tiene más fuerza que el pecado y que la muerte. Quizás, la mejor manera de contemplar la esencia del Reino de Dios es asomarse a la bienaventuranzas y dejarse empapar de su esperanza y su deseo de cambiar el mundo.

Es un ya sí, pero todavía no. Porque Jesús llegó, puso los cimientos y todavía sigue construyéndose, desplegándose poco a poco en la Historia guiado por el Espíritu Santo. Cuenta con nosotros y con toda la Iglesia para seguir llevándolo a cabo. No es solo sano progreso que busca ayudar a las personas, tampoco ideología que empodera, profetiza o ensalza el nombre de Dios, es mucho más. El Reino de Dios es un modo de vivir en el que las estructuras y las personas ponen su acento en los últimos y aspiran a que toda la humanidad viva en justicia, paz y armonía dando gloria a Dios.

Aunque es un deseo, no podemos confundirlo con una utopía. Hay espacios en el mundo y en nuestra sociedad donde el Reino de Dios es ya una realidad, como lo fue para los seguidores de Jesús. Lugares donde se actualiza el Evangelio con hondura, se vive desde la misericordia y la esperanza y se construyen comunidades donde Dios saca lo mejor de las personas. Para llegar a ello, hay que estar muy bien arraigado en Cristo, de lo contrario cualquier intento se convierte en sucedáneo que pervierte el auténtico significado. 

Y es el momento de la Iglesia, de ser continuadora de este gran sueño en los cinco continentes, porque el Reino de Dios no se habrá terminado de implantar hasta que todos estemos salvados y vivamos en paz, justicia y armonía. A diferencia de los países, sociedades o estados, empeñados en marcar diferencias, todos estamos llamados a participar de este Reino de esperanza, desde nuestras vidas, hogares y culturas, porque cada uno de nuestros actos y decisiones cuenta a la hora de construir el Reino de Dios. 

Quizás nunca será pleno en esta parte de la vida y de la historia, pero la resurrección nos abre la puerta a esa plenitud del Reino allá donde Jesús ya ha vencido. Por eso, allí, su Reino que empieza aquí, no tendrá fin.

 Álvaro Lobo, sj

 

VIERNES 16 de octubre 2021, "SOÑAR COMO JESÚS"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 12, 8-12

RECUPERAR LA AMABILIDAD

A menudo solemos caer en la tentación de vivirnos desde una lógica de rentabilidad en la que el imperativo más urgente es la ganancia, donde la máxima que parece guiar nuestro proceder es time is money (el tiempo es dinero) y dejamos de lado el detenernos ante los pequeños detalles que le dan el buen sabor a nuestra vida. Olvidamos que vivimos entre personas absolutas en sí mismas y caemos en la trampa de ver a los otros como meros medios que nos ayudan o nos estorban para lograr un fin determinado o, lo que es peor, los vemos como fríos números que suman o restan en términos de pérdida o ganancia monetaria.

Nos decimos cristianos y con nuestro síndrome de salvadores del mundo pasamos la vida atropellando a los demás. Incapaces de detenernos a escuchar, vamos a toda prisa en una carrera sin fin. Nuestro ceño fruncido parece imponerse ante una tierna sonrisa. Nuestra mirada opacada suele ver a todos como objetos y deja de asombrarse ante la belleza. Nuestros oídos parecen escuchar sólo las manecillas de un tirano reloj que avanza frenético y olvidamos escuchar los sonidos de la realidad. ¿En qué momento hemos olvidado a aquel Jesús de Nazaret, pobre hasta de tiempo, que sabía detenerse ante las necesidades de los demás? Ese Jesús que no se acelera en medio de las urgencias de Jairo, el jefe de la sinagoga, ni pierde su centro ante las multitudes que lo avasallan. Si contemplamos bien a Jesús, podemos caer en cuenta que sabe detenerse ante aquella mujer con flujo de sangre necesitada de consuelo, que con tanta fe había tocado su manto (Mc 5, 21-43).

En Fratelli Tutti el papa Francisco nos insta una vez más a recuperar uno de los signos más elocuentes del cristiano: la amabilidad. Nos recuerda que todavía es posible cultivarla, si es que la hemos desterrado de nuestra vida. Rehabilitar la amabilidad nos libera del cruel verdugo que muchas veces llevamos dentro y nos convierte en estrellas que dan luz y hacen la vida más agradable a los hermanos en medio de la oscuridad de una existencia acelerada e individualista. Un cristiano amable es aquel que se ha sentido amado incondicionalmente, que ha contemplado que el actuar de Dios en el mundo es lento y constante, un cristiano que ha percibido la presencia de su Señor en la suave brisa de la mañana o en la voz silenciosa que le reanima en medio de la fatiga del trabajo. Un cristiano amable es aquel que sabe anteponer sus propias necesidades y urgencias egoístas para buscar el bien común; es un hombre y una mujer que sabe tratar a los demás, que es cuidadoso con sus palabras y gestos para no herir a los demás, está presto y diligente para aliviar el peso o el sufrimiento de otros. Como dice el papa Francisco en el número 223 de la misma encíclica: «la amabilidad expresa un estado de ánimo que no es áspero, rudo, duro, sino afable, suave, que sostiene y conforta». La amabilidad es un don de Dios que se aprende del corazón manso y humilde de Cristo y, como todo don, hay que pedirlo y también cultivarlo para rehabilitarlo.

 

JUEVES 14 de noviembre 2021. "ESPERO SIEMPRE EN EL SEÑOR"


 

TERESA DE JESÚS, TESTIGO DE ESPERANZA

A Teresa le costó harto llegar a poner toda su esperanza en Dios.  Le costó años de dura brega.

Una de las amarra que más le impidieron el despliegue de su esperanza fue el miedo a la muerte, consecuencia de su salud quebradiza: «La muerte, a quién yo siempre temía mucho».  

Otra traba a su esperanza era el apego a todo lo terreno, a la honra social y al amor humano. Muy tarde descubrirá que todos los amigos son como «unos palillos de romero seco, y que asiéndose a ellos no hay seguridad, que en habiendo algún peso de contradicciones o murmuraciones se quiebran»; y que nada tiene consistencia definitiva en la vida si no se llega a la seguridad de que «Dios es fiel» y que «La esperanza en El, es nuestra fortaleza»; hasta la certeza de que «en El todo lo podemos». 

Fue el Señor, quien salió en su búsqueda, se metió en su vida y alumbró definitivamente su esperanza.

«Muchas veces he pensado espantada de la gran bondad de Dios, y regaládose mi alma de ver su gran magnificencia y misericordia. Sea bendito por todo, que he visto claro no dejar sin pagarme, aun en esta vida, ningún deseo bueno. Por ruines e imperfectas que fuesen mis obras, este Señor mío las iba mejorando y perfeccionando y dando valor, y los males y pecados luego los escondía. Aun en los ojos de quien los ha visto, permite Su Majestad se cieguen y los quita de su memoria. Dora las culpas. Hace que resplandezca una virtud que el mismo Señor pone en mí casi haciéndome fuerza para que la tenga» 

En silencio recorre tu propio camino de esperanza

¿Qué dificultades tienes para vivir la esperanza?

¿Qué recursos utilizas en los momentos de prueba, dificultad, oscuridad, desaliento?

Recrea Tu esperanza con este Cuento: «Espera fuera…

«De madrugada, un anciano en los soportales, recostado en una hamaca y tapado con una manta, observando la calle vacía… ¡Qué imagen tan fría, tan desoladoramente descarnada, de un anciano sin abrigo de aliento humano! Al mirarle, mientras bajo la avenida, entiendo su petición de cuando joven… y su espera: «Señor, ¿cómo podría yo tener tus ojos y mirar como tú miras?» Y una voz le dijo: «Sal fuera, ponte a la puerta» Han pasado los años. El anciano sigue durmiendo con la manta a la puerta de su casa. Le dicen loco y un poco le ignoran, pero, al amanecer, sus ojos arrasados de lágrimas demuestran que algo se le ha concedido ver que a nosotros se nos oculta. Nunca supo con seguridad si `salir fuera» significaba aquello de esperar en la calle. Pero una madrugada, años después, esperando fielmente, le vio los ojos, antes de amanecer… Una anciana que recogía cartones, se detuvo ante él. Se quitó la capucha negra que cubría su rostro; entonces lo vio a Él, no era una anciana, sino Él. Creyó morir de alegría. No se dijeron nada. Fue solo un momento, y entendió que tantos días de frío habían merecido la pena por aquel mirar, aquel sentirse amado. Los ojos de Él también estaban llenos de lágrimas. ¡Oh, Dios mío! Yo lo encontré ya con la claridad del día, tenía la mirada perdida, recostado en su hamaca, arropado, y la señal en sus ojos de haber llorado. Lo dejé allí, sin turbar su paz, con las ganas abortadas de preguntarle cómo es su mirada, seguro de que no me respondería, porque me toca a mí esperarlo fuera y saber, con toda seguridad, que también para mí un día su mirada será el mayor tesoro de mi vida, que ahora ya lo es en esperanza. Me queda solo una cosa por hacer: salir fuera y esperar, cada día, sin rendirme». (Miguel Márquez, «Amanece en Malpica»)

Cipecar

EVANGELIO DE SAN LUCAS 12, 1-7

¿DESPOBLADO O REHABILITADO?

Hace tiempo leí un artículo que llevaba este mismo título. Se refería a un pequeño pueblo que había tenido mucha vida en el pasado pero en el que hoy solo viven cuatro personas. A primera vista, lo lógico es pensar que este pequeño pueblo está prácticamente despoblado y llegando a sus últimos días. Sin embargo el artículo contaba que hace unos años el pueblo se había quedado totalmente vacío, hasta la llegada de una familia que es la que hoy forma toda su población. Estos habitantes del pueblo, aunque pocos, trajeron consigo una gran ilusión que iba a cambiarlo todo en poco tiempo. Venían de la ciudad, huyendo de prisas y agobios, por eso decidieron dedicarse al campo, a lo de siempre, pero de otra manera… Montaron una casa rural, para que la gente pudiera visitar el pueblo y desconectar. Su idea es hacer que la gente que vive agobiada en la ciudad comparta su vida durante un tiempo y descanse.

Una vez vista la situación, se planteaba una reflexión sobre si el pueblo estaba despoblado y muerto o efectivamente rehabilitado, no con la misma vitalidad que antes, pero con una savia nueva que quizá contagie a otros en un futuro. Probablemente a estas alturas de la lectura te preguntes qué hago hablándote de pueblos, casas rurales y campos… Pero déjame que te pregunte yo a ti (a la vez que me pregunto a mí mismo) ¿no nos pasa algo parecido a veces a los cristianos?

¿No te has desanimado nunca viendo números, haciendo cálculos, o escuchando noticias? Antes sí, pero ahora… cada vez menos… Esto no tiene futuro, se nos va de las manos… En parte estas afirmaciones son ciertas, hay un hecho, y es que como el pequeño pueblo, ya no somos lo que fuimos y la cosa no tiene pinta (por lo menos de momento) de volver a ser como antes. Pero tal vez la clave no esté en volver la vista atrás, sino en mirar hacia delante. Quizá no llenemos todas las casas del pueblo de familias como hace años, pero a lo mejor no es eso lo que nos toca hacer ahora.

Igual que los rehabilitadores del pueblo venían de la ciudad, nosotros somos hijos de nuestra sociedad. No tenemos que abandonarla como ellos, pues nuestra fe la vivimos en medio del mundo. Sin embargo conocemos sus problemas, sus trampas y también sus virtudes. Tal vez por ello nuestro momento sea de siembra, de ofrecer un espacio de descanso y de acogida en medio de los agobios y problemas. Es verdad que a muchos no les interesará, que los resultados no serán ni rápidos ni multitudinarios, pero quizá algún día alguien decida quedarse a pasar unos días en nuestra casa, y quien sabe si alguno no les convencerá el estilo de vida de nuestro pueblo y quieran quedarse con nosotros… De momento, es tiempo de siembra, de ilusión y de espera.

 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 11, 47-54

EL PAPA PREVIENE DE "PROPUESTAS ENGAÑOSAS QUE QUITAN LA LIBERTAD"


«La libertad es un tesoro que se aprecia realmente cuando se pierde». Con estas palabras iniciaba el Papa Francisco su tradicional audiencia general de los miércoles. Una audiencia en la que el Pontífice ha continuado su ciclo de catequesis centrado en las enseñanzas de Pablo a través de sus escritos a los Gálatas. «San Pablo quiere dejar claro que es Cristo quien nos hace verdaderamente libres, y que hay que estar atentos para evitar propuestas engañosas que nos quitan esa libertad y nos someten al yugo de la esclavitud».

Durante su encuentro con los fieles, Francisco ha asegurado que tal y como sucedió en tiempo de los Gálatas, «el legalismo es un problema también hoy para muchos cristianos que se refugian en él y en la casuística. Por tanto, Pablo nos invita a permanecer firmes en la libertad que hemos recibido con el bautismo, sin dejarnos poner de nuevo bajo el yugo de la esclavitud». «La libertad cristiana se funda sobre dos pilares fundamentales: primero, la gracia del Señor Jesús; segundo, la verdad que Cristo nos desvela y que es Él mismo», ha indicado.

«Pablo es consciente de que algunos “falsos hermanos” se han infiltrado en la comunidad para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, de volver atrás, y Pablo no puede tolerarlo. Una predicación que impidiera la libertad en Cristo nunca sería evangélica. Nunca se puede forzar en el nombre de Jesús, no se puede hacer a nadie esclavo en nombre de Jesús que nos hace libres. La libertad es un don que se nos ha dado en el bautismo».

Asimismo, el Pontífice ha explicado que «el segundo pilar de la libertad es la verdad», al tiempo que ha explicado que «la verdad de la fe no es una teoría abstracta, sino la realidad de Cristo vivo, que toca directamente el sentido cotidiano y general de la vida personal». «La libertad hace libres en la medida en la que transforma la vida de una persona y la orienta hacia el bien. Para ser realmente libres necesitamos no solo conocernos a nosotros mismos a nivel psicológico, sino sobre todo hacer verdad en nosotros mismos, a un nivel más profundo. Y ahí, en el corazón, abrirnos a la gracia de Cristo» ha indicado.

Para finalizar su exposición, Francisco ha aseverado que «la verdad nos debe inquietar. La inquietud es señal de que el Espíritu está trabajando dentro de nosotros» y ha insistido en la idea de que «la libertad nos debe plantear continuamente preguntas, para que podamos ir siempre más al fondo de lo que realmente somos». «Descubrimos de esta manera que el de la verdad y la libertad es un camino fatigoso que dura toda la vida. Es fatigoso ser libres, pero no imposible. Un camino en el que nos guía y nos sostiene el Amor que viene de la Cruz: el Amor que nos revela la verdad y nos dona la libertad. Y este es el camino de la felicidad. La libertad nos hace libres, alegres y felices», ha concluido.

Ecclesia

SÁBADO 9 de octubre 2021, "QUIERO DARTE GRACIAS POR TANTO DON RECIBIDO"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 11, 27-28

INSTRUMENTO EN SUS MANOS

De entre todos los instrumentos musicales no hay ninguno que se pueda comparar al violín: sus curvas elegantes, su fino mástil culminado en la bella voluta y sus cuatro cuerdas de las que brotan inigualables melodías cuando se desliza sobre ellas el arco. Pero por más que lo intente, el violín por sí solo no conseguirá sacar ni una sola nota. Se retorcerá y luchará toda la noche pero de sus cuerdas no saldrá un solo sonido. Y es que el violín parece haber olvidado que es un instrumento, el más bello de todos ellos pero instrumento al fin y al cabo.

Todo violín necesita de las manos del artista, ese músico que lo conoce a la perfección, que lo quiere y lo cuida con esmero. En sus manos el violín es capaz de interpretar las más bellas sinfonías que se han escrito en la historia de la música pero sin él no es más que otro trozo de madera. Si el violín se empeña, y hay violines muy tercos, acabará por desafinarse, o incluso puede que rompa alguna de sus cuerdas, pero jamás conseguirá por sí solo sacar un sonido de entre sus cuerdas.

En algunas ocasiones al violín le toca ser solista y de pronto todos los focos recaen sobre él, otras aparece en cuarteto y entonces debe aprender a acompasarse con el chelo y la viola, pero la mayoría de las veces se encuentra en medio de una orquesta, pasando más desadvertido pero disfrutando también de la variedad de instrumentos que la componen y de la aportación imprescindible de cada uno de ellos. Lo que nunca se ha visto y nunca se verá es a un violín sin su músico.

No luches, no te desafines, deja que sea el artista el que haga vibrar tus cuerdas, conviértete en instrumento en sus manos.

 

VIERNES 8 de octubre 2021 "CANTA LA JUSTICIA DE DIOS"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 11, 15-26

SOLEDAD, ESA OTRA EPIDEMIA

Hace unos días salía una de esas noticias que se cuelan disimuladamente en la radio y provocan más reflexión que ruido, y que por supuesto la mayoría de los medios ignoran porque no hay polémica ni sangre de por medio y, sobre todo, porque atañe principalmente a las personas mayores. Y es que siguiendo la estela de algún otro país, el gobierno de Japón ha creado un ministerio de la soledad, sobre todo tras constatar este año que la tragedia del suicidio se ha llevado por delante más vidas que el propio coronavirus.

No conozco la cultura asiática, ni tampoco los pormenores de la propuesta, pero sí sabemos que viendo la demografía europea el problema de la soledad nos afectará mucho de aquí a unos años. Está claro que no es lo mismo la soledad necesaria que la soledad impuesta, pero debemos reconocer con humildad que el individualismo exacerbado, el consumismo y el materialismo radical han propiciado que las personas dejen de mirar más allá de su ombligo y se centren solo en ellas mismas. Esta dinámica vital no lleva a otra cosa que al aislacionismo y a olvidar que aunque no lo queramos, somos seres sociales y necesitamos de otros, y no solo para tener lo básico para sobrevivir, sino para dar identidad, amor y sentido a nuestra propia existencia.

Y quizás la vacuna para la soledad –otra pandemia que lleva décadas incubándose– la tenemos ya desde hace muchos años: la familia y los amigos. Porque en nuestra vida no podemos tener solo en el horizonte un gran proyecto profesional o inmejorables planes para las vacaciones, sino una red de personas donde crezca el afecto y la vida de forma sana y nos permita hacer de cada historia un proyecto fecundo. Ojalá dentro de unos años no haga falta este ministerio en ningún país del mundo, pero me temo que será una bonita utopía a no ser que la cultura del encuentro se convierta en nuestra forma de vida.